lunes, 17 de junio de 2013

Buscando a Alaska - John Green (2005)

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH.

Por fin lo terminé. De nuevo, me arrepiento por no haberlo leído en inglés porque, lean esto bien: NO HAY NADA MEJOR QUE LEER UN LIBRO EN SU IDIOMA ORIGINAL.
Pero, como no iré a EUA pronto y todavía no puedo comprar en Book depository, lo tuve que comprar en español. La traducción fue muchísimo mejor a la de Bajo la misma estrella, pero aún así...

Dado que Bajo la misma estrella no fue tan de mi agrado como para muchísima gente, pensé que tal vez era la trama del libro la que no me tenía muy satisfecha con el estilo John Green, así que decidí darle otra oportunidad y leerme el primer libro de este escritor. Y ése es Buscando a Alaska, o bien, Looking for Alaska.

Para aquellos que no lo hayan leído y no tengan idea de la trama, es algo así: Miles Halter es un chico común y corriente, nada popular, obsesionado con las últimas palabras de personas famosas. Miles decide entrar a una escuela llamada Culver Creek en busca del "Gran quizá" o, como sería en inglés (que de hecho, suena mejor), "Great perhaps". No es que el "Gran quizá" sea una cosa física, sólo es como... una idea, un acontecimiento, algo súper WOW que espera que le pase en su vida, o algún descubrimiento, o como cada quien quiera interpretarlo.

Así que... Miles va a la preparatoria, que es como un internado, y ahí conoce a El Coronel, Takumi, Lara y, obviamente, a Alaska. Sí, Alaska es una persona. Yo pensaba que la historia era algo de un niño con sueños de visitar Alaska o algo parecido, pero no. Entonces, dado que la amiga de Miles está en el título del libro, obviamente se enamorará de ella. Sin embargo, Alaska no es como cualquier persona. Es una chica feminista, con constantes cambios de humor. Algo extraña.

Eeeeeeeeeeeeeeen fin, juntos hacen travesuras y todo el show. Contarles más de la historia sería spoilearlos, así que tendrán que confiar en mi buen juicio. O si les gusta ser spoileados, continúen leyendo.



 A este libro le di 4 estrellas en goodreads, significando "I reaaaaaaaaaaaaaaaally like it", y vaya, que eso es algo. La razón de que me haya gustado tanto no es porque el estilo de John Green sea majestuoso, o la historia fuera lo más increíble del siglo, sino algo más personal.

Desde los 11 años pienso en la muerte. Es decir, es normal pensar por eso, es algo que pasa, sin embargo, yo a los 11 años ya estaba bastante desocupada y quería agobiarme para toda la vida. ¿Adónde vamos? ¿Al cielo? ¿Al infierno? ¿Al limbo? ¿Existen los fantasmas? ¿Qué tal si simplemente toda esencia de nosotros desaparece de la faz de la tierra? No pensamientos, no sentimientos, nada. No podía aceptar la idea de morir. Y de hecho, todavía no lo acepto del todo. El hecho de morir y no ser nada nunca jamás... que todo lo que fuiste los años que viviste hayan sido por nada... Bueno es algo difícil de tragar para mí.

Entonces Alaska Young muere. Ella muere y Miles no podía dejar de pensar en que sólo se volvió comida para gusanos. Y sí, ¿no? En eso nos convertimos cuando morimos. Pero Alaska no sólo muere, sino que se suicida.

El libro se divide en dos partes: Antes y Después. Va contando los días antes de la muerte de Alaska y los días después. Miles narra todas las aventuras con sus amigos y Alaska. Todas las emociones que ésta le hizo sentir, tanto antes de su muerte como después.

Debo decir que amé la portada de la versión que compré, que es la de arribita. Miles con unos binoculares, "buscando" sobre un laberinto que en el centro tiene la flor que le gustaba a Alaska. No sé. Me gusta mucho. No he visto otra portada de este libro que me guste más. 

Los personajes son bastante agradables, te llegas a encariñar con ellos rápido. Fue un libro fácil de leer (como supongo, todos los de John Green), bastante fluido y así. Te pone a reflexionar sobre la muerte, o, más que nada, sobre que un día estás vivo y al otro puede que ya no. Se habla sobre un laberinto del sufrimiento que dura toda la vida y de cómo hacerle para salir de dicho laberinto. Amé todas las metáforas. Lo recomiendo incluso más que Bajo la misma estrella. 

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